El guardián en el centeno, de Jerome
David Salinger
Jerome
David Salinger era hijo de Solomon Salinger, director de J.S. Hoffman &
Company, empresa que se dedicaba a la importación de carnes y quesos europeos.
La familia de Solomon, de ascendencia judía, procedía de Sudargas,
un shtetl situado en la frontera polaco-lituana, entonces perteneciente
al Imperio ruso. El padre de Solomon, Simon F. Salinger, se casó poco
después de su llegada a Estados Unidos, en 1881, con Fannie Copland, también de
ascendencia lituana, en Wilkes-Barre, Pensilvania. La
madre de Salinger, Marie Jillich, nació en Atlantic, Iowa, y era a su vez hija de George Lester Jillich, de
ascendencia alemana. La madre de Marie, Nellie, era muy probablemente natural
de Iowa a pesar de que Marie sostuvo posteriormente que era de origen irlandés.
Su padre murió un año antes de su matrimonio, que tuvo lugar en 1910, y al
morir también su madre en 1919, el mismo año del nacimiento de Salinger, Marie
acabó convirtiéndose al judaísmo cambiando
su nombre por Miriam.
Los
Salinger tuvieron su primer hijo, una niña llamada Doris, en diciembre de 1912
y, poco después, debido al ascenso de Solomon en Hoffman se trasladaron a Nueva York. En
1919, cuando Salinger nació, su familia ya tenía una posición acomodada y, a
pesar de la gran depresión de 1929,
se trasladaron en 1932 a un lujoso apartamento de Park Avenue,
en Manhattan.6 Su no muy
brillante expediente académico hizo que sus padres lo internaran en 1934 en la
Academia Militar Valley Forge, Pensilvania, donde
se graduó en 1936.7 En otoño
de ese mismo año se matriculó en la Universidad de
Nueva York para estudiar arte y,
tras un semestre sin demasiado provecho, su padre le ofreció viajar a Europa
para aprender idiomas e iniciarse en el negocio de la importación. En unos
momentos de extrema tensión en Europa pasó casi un año entre Austria y Polonia. En Viena vivió con una familia judía, que muy probablemente
no sobrevivió al Holocausto, y con cuya hija, a la cual le dedicó en 1947 el
relato A girl I knew, mantuvo el primer romance serio del que se
tengan noticias.
A su
vuelta, después de una breve estancia en el Ursinus
College de Pensilvania, se
inscribió en un curso de escritura de la Universidad de
Columbia impartido por Whit
Burnett, editor de la revista literaria Story en
cuyas páginas se dieron a conocer escritores como Tenesse Williams, Norman Mailer y Truman Capote.
Burnett fue una influencia fundamental en los inicios de la carrera de Salinger
y su relación continuó hasta mucho después de que este ya fuera un autor
reconocido.
Burnett
aconsejó a Salinger que ofreciera sus relatos cortos a las «satinadas»,
revistas populares de amplia distribución como Collier's, Esquire o The Saturday
Evening Post. Así lo hizo con uno de ellos titulado The
young folks, que fue rechazado, y que finalmente Burnett publicó en Story en
la primavera de 1940.10 Poco
tiempo después una revista de la Universidad de Kansas le publicó otro relato titulado Go see
Eddie, pero tanto con las revistas comerciales como con Story no
tuvo éxito en posteriores intentos. Salinger decidió intentarlo con historias
más convencionales; había estallado la Segunda Guerra
Mundial y escribió The hang
of it, glosando las virtudes de la vida militar. El relato apareció no solo
en Collier's sino que también fue incluido posteriormente por
el ejército en una colección destinada a los soldados enviados al frente.
En este
momento la vida personal de Salinger estaba centrada en su romance con Oona O'Neill, hija del dramaturgo Eugene O'Neill,
que se distanciaría de Salinger para casarse en 1943 con Charles Chaplin, y
su auténtica ambición era aparecer en la revista literaria norteamericana más
prestigiosa, The New Yorker,
la cual terminó aceptando a finales de 1941 la publicación de Slight
Rebellion Off Madison, relato en el que hace su aparición Holden Caulfield, el futuro protagonista
de El guardián
entre el centeno. Sin embargo, la
entrada de Estados Unidos en la guerra haría que The New Yorker aplazara
la publicación.
La novela
cuenta la historia de Holden Caulfield, un joven neoyorquino de
16 años que acaba de ser expulsado de Pencey Prep, su escuela preparatoria.
Está narrada en la voz de Holden, un joven que se ha caracterizado por tener
malos resultados en sus estudios (ya había sido expulsado de varios colegios) y
quien cree que la mayoría de la gente es «falsa», salvo algunas excepciones (se
destaca el gran amor que siente hacia sus hermanos, uno de los cuales está
muerto).
La
historia comienza un sábado, poco antes de Navidad. A Holden
se le ha informado que no podrá volver a su colegio (ubicado en Pensilvania)
después de las vacaciones. Tras una pelea con su compañero de habitación,
decide no esperar hasta el miércoles para volver a Nueva York (donde vive con
sus padres), marchándose esa misma noche.
Una vez en
su ciudad, se aloja en el hotel Edmont (que es descrito como de muy bajo
nivel). Va al bar del hotel pero no se encuentra a gusto: no lo dejan beber y
las mujeres con las que habla le parecen estúpidas. Decide ir a «Ernie's» a
tomar algo, pero se encuentra allí con una ex novia de su hermano, por lo que
decide regresar al hotel.
Subiendo a
su habitación, el ascensorista le dice a Holden que puede conseguir una
prostituta que por 5 dólares tendrá sexo con él. Acepta, pero una vez que la
prostituta (Sunny) llega a su cuarto, se arrepiente. De todos modos quiere
pagarle, pero ella afirma que la tarifa es de 10 dólares, Holden se niega a
pagar más de lo convenido. Regresa Sunny con el ascensorista unos minutos más
tarde, reclamando los 5 dólares faltantes; Holden se niega a dárselos e insulta
al ascensorista, quien lo golpea, mientras la prostituta le quita de la
billetera el dinero.
Al
levantarse el día siguiente Holden llama por teléfono a Sally, una muchacha con
la que había salido en varias ocasiones anteriormente. Quedan en verse esa
tarde. Después de dejar el hotel, mientras espera la hora de la cita, compra un
disco para su hermana.
Holden y
Sally van primero al teatro y luego a patinar. Holden le propone a Sally
escapar de la ciudad e irse a vivir a una cabaña. A ella le parece una mala
idea, lo que enfurece a Holden, quien le dice que ella le cae muy mal. Esto
genera que Sally se vaya a su casa llorando, ofendida, sin aceptar las
disculpas.
Holden
invita a un ex compañero (Luce) para ir a un bar. El encuentro con Luce es
corto, ya que le dice que debe irse rápido. De todas maneras Holden sigue en el
bar, bebiendo hasta emborracharse.
Holden
desea ver a su hermana (Phoebe, una
niña de poco más de diez años), pero no a sus padres. Va a su casa y
sigilosamente entra a la habitación de su hermana. Resulta que sus padres están
en una fiesta, por lo que Holden y Phoebe pueden conversar tranquilamente.
Cuando Phoebe se entera de que su hermano ha vuelto a ser expulsado de un
colegio, se enfada y comienza a cuestionar a Holden, acusándolo de ser una
persona a quien no le agrada nada ni nadie. Es en esta conversación que el
protagonista afirma querer ser «guardián entre el centeno» (una especie de
cuidador de niños que juegan en el centeno al borde de un precipicio).
Cuando los
padres regresan, Phoebe esconde a su hermano en el armario. Finalmente, Holden
escapa de su casa sin ser visto. Se marcha a la casa de Antolini, un ex
profesor suyo que lo aprecia mucho. Antolini le prepara su sofá para que pueda
dormir en él. Poco después de acostarse, Holden despierta cuando su ex profesor
le acariciaba la cabeza. Asustado al pensar que se encuentra frente a un
pervertido, se viste rápidamente y se marcha de allí.
Pasa esa
noche en una estación de metro. Caminando solo por la ciudad decide marcharse
al Oeste. Antes desea avisar a su hermana de la decisión, por lo que le deja
una nota en la escuela para encontrarse con ella en el museo. Phoebe llega a la
cita con una maleta, diciendo que se va con él. Holden se niega, por lo que su
hermana se enfada. Para alegrarla la acompaña al zoológico y al carrusel. Viéndola
girar, Holden se siente feliz (por primera vez en el libro expresa ese
sentimiento). Finalmente decide no marcharse.
En el
último capítulo de la novela, unos meses más tarde de lo narrado, Holden cuenta
que estuvo enfermo y que se encuentra ahora en una institución, recuperándose.
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