Después de más de un mes de confinamiento en casa, dada la situación de alarma sanitaria, volvemos a la carga con alguna propuesta, que os presentamos brevemente:
DÍA DEL LIBRO
Jueves 23 de abril de 2020
El día 23 de abril se celebra el Día del Libro y nuestra
biblioteca desea celebrarlo con todos vosotros.
La lectura se ha convertido en una de las actividades más
demandadas para pasar el tiempo durante la cuarentena y en muchos casos en el
único acompañante de personas que atraviesan solas esta situación.
Son muchas las obras escritas durante periodos de confinamiento
En la Literatura Universal muchas títulos están íntimamente relacionadas por
diversos motivos con estados de confinamiento o epidemias. Muchos se han
convertido en ejemplares imprescindibles de las estanterías de un buen lector.
.
EL QUIJOTE. Miguel de Cervantes
Aunque haya bastante bruma acerca de cómo se gestó el
clásico, lo cierto es que en el prólogo, Cervantes asegura que inventó a su
héroe en la cárcel de Sevilla, donde le llevó una mala gestión comercial. Allí
estuvo tres meses del año 1597 y la mayoría de los expertos aceptan esa versión
romántica según la cual el autor enclaustrado, inventó e incluso empezó a
escribir allí sobre un tipo flaco y loco que abandona su reclusión para irse a
dar palizas por el mundo. Si hay una novela de grandes horizontes, una ‘road
movie’ a caballo y burro, esa es el 'Quijote'.
EL REY LEAR. William Shakespeare
Aquí el origen es mucho más oscuro, porque, es sabido, sobre
Shakespeare apenas hay datos verificados. Así que una tradición biográfica
asegura que ‘El rey Lear’ y ‘Macbeth’, dos de las grandes obras del repertorio
shakesperiano se escribieron durante la epidemia de la peste de 1603
–Shakespeare había vivido también la plaga de 1593–. Con el cierre de los
teatros en la capital, su compañía pudo tener más tiempo de ocio que el Bardo
aprovecharía bien, imaginando dos de sus piezas más desesperanzadas. Si no es
cierto, merecería serlo.
LOS 120 DIAS DE SODOMA. Marqués de Sade
La vida del Divino Marqués fue un largo encierro al que le
condujeron sus fantasías libertinas. Preso en la Bastilla, Sade escribió esta
novela, catálogo de atrocidades, violencia y vejaciones. Lo hizo en
unas pequeñas cuartillas con letra minúscula que luego unió entre sí en un
rollo para escapar al control de sus carceleros. En 1789, tras la toma de la
prisión y después de que el marqués fuera trasladado al psiquiátrico de Charenton,
un ciudadano rescató el original de entre las ruinas del presidio.
DE PROFUNDIS. Oscar Wilde
Da bastante pudor leer esta desgarradora carta escrita en la
cárcel de Reading y dirigida a su amante, el joven Bosie, en la que Wilde,
antaño el hombre de moda, hace balance de su vida con todos los matices
posibles, la lucidez, el dolor, la indulgencia para sí mismo, los reproches al
amado que no ha estado a la altura -fue el padre del chico quien le
condujo a prisión bajo la acusación de ‘sodomía’- y no le ha visitado en estos
días terribles. El dolor del encierro y la percepción de que ya nada volverá a
ser igual están marcados a fuego en estas páginas. Y duelen.
TRACTATUS LOGICO-PHILOSOPHICUS. Ludwig Wittgenstein
Sí, posiblemente el que sea uno de los textos filosóficos
más influyentes del siglo XX fue escrito en un campo de prisioneros italiano,
cerca de Montecassino donde estuvo recluido Wittgenstein durante la primera
guerra mundial. El entorno podía no ser el más indicado pero el filósofo se
crecía en la clausura. Él mismo, años antes de la contienda, se había
construido una recóndita cabaña en el fondo de un fiordo noruego donde había
permanecido en soledad durante largas temporadas.
MEIN KAMPF. Adolf Hitler
No deja de ser una paradoja histórica que Wittgenstein y
Adolf Hitler fueran compañeros de clase y que además hayan dedicado un encierro
a escribir, aunque el primero quisiera resolver todos los problemas de la
filosofía y el segundo, acabar con todo rastro de humanidad. El 'putsch'
fallido de Munich llevó al futuro “führer” a la cárcel de Landsberg en el
verano de 1924, allí redactó el primer volumen de esta obra que es a la vez
memorias y manual ideológico.
CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS. Miguel Hernández
El último poemario de Miguel Hernández fue escrito
entre 1938 y unos meses antes de su muerte en 1942, encarcelado en Alicante,
donde lo mató la tuberculosis y las pésimas condiciones sanitarias. Poemas como
‘Llegó con tres heridas’, o la famosa ‘Nanas de la cebolla’ dan cuenta, a
partir de un lenguaje sencillo, del fin de una época y sus
esperanzas y de la conciencia íntima del final personal.
DIARIO. Ana Frank
La adolescente alemana Ana Frank, 13 años escribe un diario
entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944, mientras se mantenía
escondida con los suyos y otra familia amiga en la buhardilla
clausurada de un edificio en Amsterdam. El descubrimiento del libro por su
padre, el único de los habitantes del encierro que sobrevivió a los campos de
concentración, echó a circular un potente símbolo que le puso rostro a los
millones de judíos masacrados por los nazis.
SANTA MARÍA DE LAS FLORES. Jean Genet
Todo el odio social acumulado por el violento y extremo
Genet que cometió su primer robo a los 10 años y sobrevivió prostituyéndose,
falsificando documentos y dedicándose a la mendicidad, se concentra en esta
novela autobiográfica que escribió en prisión Allí se hubiera
quedado a perpetuidad sumando condenas si la 'crème de la crème' de
la intelectualidad francesa no hubiese confiado en él como escritor y
solicitado el indulto al presidente de la República. Genet salió,
escandalizó con su homosexualidad transgresora, disfrutó de su fama incómoda y jamás
volvió a pisar una cárcel.
EL DIABLO EN LA CRUZ. Ngugi Wa Thiongo
En 1977, la representación de una obra de teatro que
disgustó a las autoridades locales llevó al dramaturgo James Ngugi
a una de las prisiones de seguridad más estrictas de Kenia , sin que
se hubieran presentado cargos formalmente. El escritor en su celda
decidió cambiar su nombre a Ngugi Wa Thiongo, abandonar para la
creación el inglés del opresor colonial y dedicarse a su lengua
materna el gikuyu. En esa lengua escribió esta novela fantástica y simbólica en
el rasposo papel higienico que le daban. Hoy es uno de los más firmes
candidatos a ganar el Nobel.
LA PESTE. Albert Camus
Por cercanía temporal e ideológica, La peste de
Camus, publicada en 1947, es una de las más solicitadas. Narra una epidemia en
Orán, en los años cuarenta, cuando Argelia aún era francesa. Tuvo
varias interpretaciones alegóricas, pero prevaleció la de que se trataba
de una metáfora del auge del fascismo y la deshumanización. Ejemplo del
pensamiento existencialista, contraponía el pensamiento racional del doctor
Rieux con las actitudes irracionales y absurdas de la gente ante el
confinamiento, el miedo y las medidas para no caer víctima de la epidemia de
peste bubónica en la ciudad norteafricana.
“Sin duda, nada es más natural hoy día que ver a las gentes
trabajar de la mañana a la noche y en seguida elegir, entre el café, el juego y
la charla, el modo de perder el tiempo que les queda por vivir. Pero hay
ciudades y países donde las gentes tienen, de cuando en cuando, la sospecha de
que existe otra cosa. En general, esto no hace cambiar sus vidas, pero al menos
han tenido la sospecha y eso es su ganancia. Orán, por el contrario, es en
apariencia una ciudad sin ninguna sospecha, es decir, una ciudad enteramente
moderna (...) En Orán, como en otras partes, por falta de tiempo y de
reflexión, se ve uno obligado a amar sin darse cuenta”, dice la novela en sus
primeros párrafos. “Ha habido en el mundo tantas pestes como guerras y sin
embargo, pestes y guerras cogen a las gentes siempre desprevenidas”, señala. Y
cuando la prefectura comienza a tomar medidas, contar enfermos y las pocas
camas disponibles, apunta sobre la ciudad que “hay los que tienen miedo y los que
no lo tienen. Pero los más numerosos son los que todavía no han tenido tiempo
de tenerlo”.
No es extraño que el libro del existencialista Camus sea uno de los escogidos para estos días, aunque sin duda hay unos
cuantos más de los que los lectores pueden echar mano para tiempos de
epidemia y confinamiento, desde el Diario del año de la peste ,
de Daniel Defoe –el autor de Robinson Crusoe y una de cuyas
frases abre La peste – al Decamerón de
Boccaccio, con sus cuentos eróticos, ingeniosos, vitales y también trágicos
ambientados en la peste bubónica de la Florencia del 1348. Desde el Edipo
Rey de Sófocles, con Tebas asolada por la epidemia, a la Historia
de la guerra del Peloponeso de Tucídides, con narraciones
impresionantes sobre la peste en Atenas
Sin olvidar el Diario de Samuel Pepys,
atravesado por la Gran Peste de Londres de 1665, en plena guerra con Holanda,
guerra que no se para. Un Diario en el que lo mismo narra cómo
unos padres que han perdido al resto de sus vástagos entregan desnudo a su hijo
a otra familia para salvarlo, que se preocupa por temas de futuro bastante
curiosos: “Me pregunto qué pasará con la moda de las pelucas cuando acabe la
plaga, pues nadie se atreverá a comprar pelo por miedo a la infección, por si
se lo han cortado a gente muerta por la plaga”.
Leer el Diario
del año de la peste de Daniel Defoe, referente de Camus y de
tantos otros, incluida La guerra
de los mundos de H.G. Wells,
en la que la invasión es no de patógenos sino de marcianos, impresiona. Defoe
vivió esa peste de niño, pero es escritor y periodista, se documenta a fondo y
realiza una crónica en la que es difícil dejar de ver ecos hoy, incluido un
desfile de estadísticas continuo sobre la propagación de la peste en las
diferentes parroquias de la capital británica.
Si en Robinson Crusoe aborda la forma en la
que una persona supera vicisitudes que amenazan con aniquilar la esencia humana
y destruir el sentido de identidad y dignidad, en el Diario del año de
la peste es toda la comunidad la que se enfrenta a lo horrible y lo
inesperado.
Curiosamente en el primer párrafo señala que la plaga “había
sido introducida, según unos desde Italia, según otros desde Oriente”, y cuenta
cómo el gobierno se prepara en secreto para evitarla, los primeros muertos en
Londres, franceses, o cómo hay gente que se muda y la extiende. Y cómo
descubren en un cierto momento “que la epidemia se había extendido hasta tal
punto que ya no había esperanzas de que pudiera ser dominada”.
Y, por supuesto, narra a “los más ricos y acomodados agolpándose
en los caminos para huir de Londres junto a sus familias y sus criados”. Y cómo
“se rumoreaba que el gobierno iba a ordenar que se interceptasen los caminos
con vallas y torniquetes”. Las ordenanzas del momento decretan el cierre de
“representaciones teatrales, de combates de osos, de juegos, de cantos de
baladas”, y se prohíben banquetes y beber en tabernas a partir de las nueve de
la noche.
Por supuesto, nadie sale indemne en ningún libro de las
plagas. Si el Ensayo sobre la
ceguera de José Saramago relata
una epidemia de ceguera y las consecuencias dramáticas que la respuesta egoísta
de la gente provoca, metáfora de la sociedad desencajada en la que vivimos, en
el Decamerón de Bocaccio las siete mujeres y los
tres hombres huyen de una Florencia en la que cunde el comportamiento bestial
en medio de la peste y, de algún modo, ellos avanzan a una regeneración,
construyen otro mundo en el que los valores son la inteligencia y el sentido
lúdico de la vida y en el que se exalta el sexo como instinto natural. En el Edipo Rey de Sófocles la consecuencia de la peste que asola Tebas es la más
obvia: Edipo, que había vivido en la ignorancia de sus orígenes, descubre por
fin quién es. Un viaje al autoconocimiento.
El amor en los
tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez; La montaña mágica, de
Thomas Mann; La cuarentena, de Jean-Marie
Gustave Le Clézio…
Por supuesto, la epidemia no sólo se refleja en el
consumo literario. También en el cine, con filmes como Contagio (2011),
de Steven Soderbergh, protagonizado por Matt Damon, pero eso es otro tema que
trataremos en otro momento.
¡Hoy va de libros!
La Biblioteca Dulce Chacón se suma a la
celebración del Día del Libro convocando un concurso de microrrelatos . Aquí os dejamos la información. Animaos a participar:
CONCURSO DE MICRORRELATOS
DESDE MI BALCÓN
CONVOCA: Biblioteca escolar Dulce Chacón, del IES CRISTO DEL
ROSARIO
Tema: CONFINAMIENTOS REALES O IMAGINARIOS
DESTINATARIOS: Todos los alumnos del centro.
MODALIDAD A: Alumnos de ESO del IES Cristo del Rosario. Vale por 30 euros en material escolar
MODALIDAD B: Alumnos de Ciclos Formativos y Bachillerato. Vale por 30 euros en material escolar.
El relato, cuya extensión máxima será de 200 palabras, debe
ser inédito y original.
Se presentará con un
título en letra Arial 11
Plazo de entrega: Hasta el 8 de mayo
El jurado estará formado por algunos miembros del equipo de
biblioteca.
Enviar los textos a las
siguientes direcciones de correo: